El enfrentamiento del Turco con el más grande de los estrategas en el campo de batalla, Napoleón Bonaparte. Ocurrió en el año 1809, durante la campaña de la batalla de Wagram. Napoleón jugaba con blancas y cedió ante la destreza de la máquina, no sin antes intentar algún movimiento ilegal que el autómata le reprochó.
El Turco, una famosa estructura “autómata” que jugaba al ajedrez fue creada en 1769 para entretenimiento de la emperatriz María Teresa de Austria, por el hungaro Wolfgang von Kempelen.
Su nombre se debe a que el autómata era un maniquí de tamaño natural, de barba oscura, atuendo turco y un gran turbante. En uno de sus brazos sostenía una pipa y el otro reposaba sobre un tablero de ajedrez.
La cabina tenía puertas que una vez abiertas mostraban un mecanismo de relojería y cuando se hallaba activado era capaz de jugar una partida de ajedrez a un alto nivel.
De Gira Por Europa
Causo tal interés que no tardo en Salir de gira, que los llevaría por París, Londres y Alemania . En Paris perdió contra François Danican Philidor considerado el mejor ajedrecista de su tiempo, pero ganó a otros muchos consumados jugadores de ajedrez, como Benjamín Franklin, embajador de los Estados Unidos en Francia por aquel entonces.
Kempelen murió en Alsergrund en 1804, actualmente un distrito de Viena. En su honor se instituyó el premio Wolfgang von Kempelen de Ciencias. El turco paso alas mano Johann Maelzel un músico Alemán inventó el panharmonicon , un autómata capaz de tocar los instrumentos musicales de una banda militar y aunque No inventó el metrónomo lo registró.
Maelzel vendería el autómata al hijastro de Napoleón Eugene de Beauharnais, aunque más tarde se lo recompraría y se llevaría la máquina a Paris, donde la mejoraría añadiéndole la capacidad de decir “jaque”
El Último hombre tras el Turco
En 1826, tras pasar por Londres Maelzel decidió probarsuerte en Estados Unidos y llevaría a su asistente William Schlumberger quien fue un maestro de ajedrez europeo y quién sería el último operador del Turco.
Edgar Allen Poe- no tardo en darse cuenta de que El Turco era una caja con un jugador de ajedrez adentro. Fue cuando escribió su ensayo: «Maelzel’s chess player» (‘el ajedrecista de Maelzel’) en 1836.
“Hay un hombre, Schlumberger, que lo atiende donde quiera que va, pero que no tiene ninguna otra ocupación ostensible más que la de ayudar en el embalaje y desembalaje del autómata. Este hombre es de tamaño mediano y tiene una inclinación notable en los hombros. Ya sea que profese jugar al ajedrez o no, no estamos informados. Sin embargo, es bastante cierto que nunca se lo verá durante la exhibición del jugador de ajedrez, aunque con frecuencia visible justo antes y justo después de la exhibición»
El Secreto
El secreto del Turco se encontraba en la naturaleza plegable de los compartimentos dentro de su cabina y en el hecho de que los mecanismos y un cajón de la cabina no se extendían hasta la parte posterior, donde se encontraba un tablero de ajedrez secundario, que el operador usaba para seguir el juego. El fondo del tablero principal tenía un resorte bajo cada escaque y cada pieza contenía un imán. Este intrincado sistema permitía al operador saber qué pieza había sido movida y dónde. El operador hacía su movimiento mediante un mecanismo que podía encajarse en el tablero secundario, indicando al maniquí dónde mover.
El Comienzo del fin.
El 9 de noviembre de 1837, Schlumberger y Maelzel viajaron a La Habana, Cuba. Mientras estuvo allí Schlumberger contrajo Fiebre Amarilla y murió en abril de 1838, La inesperada muerte de Schlumberger en la isla hizo que Maelzel, deprimido, decidiera embarcar de nuevo a Estados Unidos. Durante la travesía, se dedicó a emborracharse encerrado en su camarote hasta que fue hallado muerto. Su cuerpo fue arrojado al mar.
El Turco dejó entonces de actuar y su nuevo propietario lo vendió a John Mitchell, un doctor en medicina y cirugía que fundó un club con el expreso propósito de hacerse con el autómata. A cambio de un pago revelaría el secreto del Turco a los miembros del club. A pesar de que logró cierto éxito en sus primeras actuaciones de exhibición, Mitchell carecía del don para el espectáculo de Maezel. El Turco fue donado al Museo Peale de Filadelfia. En 1854, 85 años después de su construcción, fue destruido en un incendio. El hijo de Mitchell, Silas Mitchell, publicó un libro que explicaba sus secretos. Al menos 15 jugadores de ajedrez habían operado al autómata a lo largo de su existencia. Esto resultó en numerosos libros y panfletos, ninguno de los cuales llegó a descubrir su secreto.
Siglo y medio después, en la misma ciudad de Filadelfia donde las llamas destruyeron al Turco, Garry Kaspárov sufriría la primera derrota del hombre contra una verdadera máquina de ajedrez ,llamada Deep Blue.
Leave a reply